A nadie le gusta tirar alimentos a la basura, pero se suele hacer con muchos productos por temor a comer algo en mal estado. Sin embargo, los especialistas apuntan que la fecha de caducidad no es lo mismo que la fecha de vencimiento. Sin embargo, casi nadie lo sabe, por lo que hay toneladas de alimentos que terminan todos los días en la bolsa de residuos.
La fecha de caducidad es responsabilidad de las empresas y la calculan con cierto margen. Por eso, muchos alimentos aún se pueden consumir aunque ésta haya vencido. Sin embargo, algunos alimentos, como el pollo o el pescado frescos, o la carne picada, tienen fecha de vencimiento, y no hay que confundirla con la fecha de caducidad. Los productos que tienen fecha de vencimiento pueden desarrollar rápidamente bacterias una vez que vencieron, por lo que no hay que comerlos.
¿Y si ya se ha abierto el envase?
Las fechas de conservación, tanto de caducidad como de consumo preferente, están establecidas por el fabricante según estrictos criterios sanitarios y de calidad en unas condiciones de conservación estándar (temperatura, humedad, luz solar) recomendadas en el envase. Si estos parámetros no se cumplen, la vida del producto se acorta de forma ostensible. También si el envase protector está deteriorado o el producto se abre, las condiciones de conservación cambiarán, por lo que las fechas de consumo preferente o caducidad serán diferentes. En la mayoría de los casos, el fabricante establece el tiempo y nuevas condiciones de conservación una vez abierto el envase del producto.
DIFERENCIAS:
· Fecha de caducidad: a partir de ella, el producto no se debe ingerir, ya que no es adecuado para el consumo. No obstante, se puede consumir el producto hasta el mismo día en el que aparece la fecha. Se utiliza en productos muy perecederos desde el punto de vista microbiológico: pausterizados (leche, yogur, cremas), carnes o envasados al vacio. Son alimentos de elevado riesgo que pueden suponer un peligro para la salud tras un periodo corto de tiempo. Se indicará la leyenda "Fecha de caducidad" seguida de la fecha (o la indicación del lugar donde se especifica), que consistirá en día, mes y año, en este orden. Estas informaciones deberán completarse con una descripción de las condiciones de conservación del alimento.
· Consumo preferente: tiempo en el cual el producto sin abrir mantiene sus propiedades en condiciones adecuadas de conservación. Pasada esta fecha, la calidad del producto puede disminuir, pero en ningún caso conlleva problemas para la salud. Se utiliza en alimentos con poca agua (aceite, legumbres, cereales), deshidratados (purés, sopas), esterilizados (latas, cajas de leche) y en huevos. La fecha de consumo preferente o duración mínima de un alimento es la fecha hasta la cual el producto mantiene sus propiedades específicas, siempre que se guarde en condiciones de conservación adecuadas. Se comunicará precedida de "consumir preferentemente antes del...", cuando se especifique el día, o "consumir preferentemente antes del fin de o de finales de...", en los demás casos. Si fuera preciso, esta información deberá completarse con las condiciones de conservación que deben respetarse para asegurar la duración indicada. La fecha estará compuesta por la indicación clara y ordenada de día, mes y año. No obstante, en los alimentos cuya duración sea inferior a tres meses, bastará con indicar día y mes. Para intervalos de duración entre tres y dieciocho meses, bastará indicar mes y año. Por último, para alimentos cuya duración supere los dieciocho meses, bastará con indicar el año.
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